28 ago 2010
ENCADENADOS
Con una población de 18 millones de habitantes, la capital china se enfrenta a una contradictoria realidad. El imperio milenario deja atrás la sabiduría confuciana en su veloz carrera hacia la cima del poder económico mundial. Sumergirse en Pekín supone asumir comunismo político y liberalismo económico, modernidad y subdesarrollo, aperturismo exterior y hermetismo interno. Atrapada entre su pasado y su futuro, Pekín se muestra a día de hoy en mitad de la senda que le conduce al epicentro de las decisiones económicas del futuro orden mundial. China es un país en transición y su capital refleja las dos caras de una misma moneda, de un lugar en Ebullición.
A vista de pájaro
Desde la Torre del Tambor, al norte de la ciudad, se pueden observar las tradicionales casas del Hutong y, al fondo, los enormes rascacielos que contrastan con la humildad de los históricos barrios de Beijing. El boom inmobiliario de los últimos 20 años provocó la destrucción del 80% de los hutongs de Pekín, aunque fue en los años sesenta cuando Mao Zedong animó a la población a destrozar cualquier reliquia histórica o cultural que simbolizara el imperialismo.
Rutinas
Las bicicletas y carros de transporte de mercancias se mezclan con el creciente parque automovilístico de la ciudad.
Lujo asiático
Las firmas globales van imponiendo su espacio en la ciudad...
Trabajadores tradicionales
Mientras, la mayoría desarrolla su trabajo al margen de ascenso económico de una minoría.
Banco de China
Símbolo del agresivo capitalismo que convive con la dictadura del Partido Comunista Chino (PCC).La enorme liquidez de capitales de China, causada por la facilidad de crédito de los bancos y el paquete de estímulo gubernamental que abonó la economía está causando burbujas especulativas, especialmente en el sector inmobiliario y bursátil.
Vendedor ambulante
Doce horas diarias en la calle vendiendo dulces típicos chinos. El aúge de la economía no ha llegado, sin embargo, a un pueblo que aún cuenta con 150 millones de personas bajo el umbral de la pobreza.
Starbucks
Las cadenas americanas copan China, conscientes del potencial de la futura primera economía mundial.
Cotidianeidad
Dos mujeres charlan animadamente en la puerta de la frutería. El lujo queda muy lejos de la gente corriente, a pesar de tenerlo a tan sólo unos minutos de sus humildes moradas.
Rolex
La renta per cápita china es de 7.500 dólares anuales. Ningún reloj de la marca suiza baja de ese precio en la milla de oro de Beijing.
Ricksaws
Varios chinos aguardan a los turistas para darles un paseo en sus ricksaws a lo largo del hutong.
MC Donalds
La simbólica cadena de hamburguesas norteamericana también tiene su lugar en el mercado emergente chino.
Contadores de la luz
Las condiciones de vida de una gran mayoria de la capital china siguen siendo muy precarias, a pesar de las espectaculares cifras macroeconómicas del gigante asiático.
Publicidad
El mercado publicitario se multlipica mientras las principales calles comerciales se llena de anuncios.
Comercio local
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario